Un perro y un hombre

La historia de esta foto es lo importante. Acudí a misa, a escuchar un poco de cánticos católicos. Para no dormirme con la homilía decidí salir a respirar un poco a las afueras, cuando depronto, de la nada un desconocido perro se acerca a mi y se recuesta tal como lo ven en la imagen.

No quise moverme, supongo que quería un poco de compañía mientras esperaba a esa gente extraña que seguramente le regalaría un taco. Quise darle algo, pero sólo traía pelusa en mis bolsillos.

Lo mejor que le pude ofrecer fue mi compañia, hasta que terminó la misa.

Luego de eso el salió con calma, acariciando mi pie con su cabeza y perdiendose entre los feligreses. Yo hice lo mismo, aunque en dirección contraria.

La misa había terminado y supongo que ambos entendíamos lo que eso significaba.

Nuestro encuentro había terminado.



Abraham Arreola


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