Solamente quería ser popular

Eran tres chicos y dos de ellos gozaban de mucha popularidad.

Pero uno no.

Lo más interesante, es que, el que no era popular no quería serlo.

Sin embargo, había otro que aún siendo el sazón de cada charla, no estaba satisfecho.

Y esta persona se propuso a ser la persona que no era, con tal de ganar más atención.

De sus dos amigos, absorbió lo que pudo y traicionó su confianza.

Pero la originalidad de sus amigos, ocasionó que el sólo se pareciera a ellos, y quizá sobresalía más que ellos...quizá ya era más popular que ellos, pero no quiso ceder.

Faltaban dos personas de las que quería total atención, veneración: sus dos amigos.

Hay gente que hace daño, y hace daño sin saber. Pues aunque ya lo sepa, se obliga a si mismo a engañarse para no quedar en evidencia ante si mismo.

Se fueron, sus amigos... el primero se fue y lo dejo hecho trizas, el segundo se fue arrepentido de haber sido amigo, de haber sido humano, de tener sentimientos...

Pero este joven, ya sin amigos, no abandonó su obsesión.

Persevera y alcanza.

Tuvo una hija, producto de la hazaña increíble de una mujer: quién vió en sus defectos el lugar perfecto para formar un hogar.

Si tu fueras ella, pensarías lo mismo... o mejor dicho, lo pensarías de forma inconsciente...

Dime que un hombre no es capaz de ser infiel y desobligado con su mujer y su hijo, si todo el mundo sabe que es un patán. No sentirá remordimiento alguno si se atreviese hacerlo.

En cambió un hombre que sólo ha buscado la apariencia, que depende de su popularidad, es la presa fácil, una bestia que se doma en cuestión de segundos, si se trata de una mujer como su esposa, su mujer.

Dime cómo un hombre que busca la aprobación de todos quienes le rodean y que aspira a ser el hombre más perfecto de la tierra puede escapar de un embarazo no deseado... Es verdad... no puede. No sin el santo consentimiento de ella.

Es verdad, tiene que cumplir, pues él solo busca ser popular, llamar la atención, que todos al verlo pasar dijeran: hey, allá va ese tipo. Y se abstiene. Se deja domar.

Finge demencia, no la quiere. Él no está enamorado, él no la ama, como ella ama astutamente a él.

Enjaulado en su propio vicio, encontró su salida.

No se mató, pues eso no va acorde con el chico popular... Pero si saco a su hija al foro de la red.

Es un caso exitoso.

Ahora usa a su hija para ser popular... si siente que alguien roba más atención que él, saca al tema de conversación a su hija, para que todos digan: hey, miren, cómo cuida a su hija, es todo un chico popular este joven. Aunque detrás de los muros de su casa, la realidad sea distinta.

Dame más "likes" que de eso vivo: es su frase, es su mente, su ideal, su religión. Un devoto de la ajena atención. Atención que enajena.

Decenas, centenas, millares de usuarios interactúan bajo la foto de su pequeña bebé... y él, sentado al computador, masturbándose mentalmente por la atención obtenida, siente que ha logrado ser el hombre que su padre nunca fué, y se emociona, eyacula estados en facebook en donde cita a personajes literarios esperando tenga la misma repercusión; pero al ser ignorado, se vuelve a su hija quién pide de su cariño, y en vez de besarla le toma fotos y más fotos... ese hombre, el tercer amigo, sólo quiere ser popular. Así sea vendiendo el alma de su propia hija. Que tierna bebé, que linda, que buen padre eres: son los comentarios que a él le gusta escuchar. Leer. Guardar. Atesorar.

Atesorar.

Ignorando que su hija lo espera en la mesa, y que su esposa le preparo un acto especial para antes de dormir; el tercer amigo, el más popular de todos, sólo quiere más atención: y ya no sabe que hacer para recibir más.

Mañana quizá suba otra foto de su hija. Yo por mientras, dejé de tener contacto con él: ya sé poco o nada de su vida, su esposa y su hija.

Y mientras ese hombre, el tercer amigo, el más popular de todos, disfruta por estos momentos de la popularidad que le brinda hacer pública su vida privada... su hija tiene por fin esa bendita palabra que anhela toda persona que sabe amar la realidad. Pero que su padre, al estar atado por voluntad propia a la popularidad social, no escucha.

Y se pierde, y se muere. La primera palabra de su hija se seca. Se marchita.

Papá.



FIN

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