Lo que el viento se llevó que no pude respirar

Agradezco que hayas apreciado mi forma de ser contigo.

Te quiero, por no huír al conocerme.

Te aprecio por tratar de mentirme en busca de que sonriera.

Sin embargo...

Debes saber que todos mis suspiros, mis tontos poemas y mis sosos escritos, le pertenecen a alguién más.

Y si, como pudieras adivinar, no fuí correspondido.

Aquel tiempo fue fatal, fue de estupidez extrema, de amor vivo enfrascado en palabras muertas.

Una chica peculiar de hace tiempo, cuyos recuerdos sólo me molestaban.

Ella sonreía y yo le hacía muecas, creyendo que así era como debía demostrar mi afecto.






¿La olvidé? No.



Dudo que pase eso. Pues cada éxito o fracaso me recuerdan a ella: ¿dónde estará? me digo. Dónde.

Quizá con su novio haciendo el amor, besándose toda la noche. Él, acariciando su cuerpo: maldito afortunado. Tocando sus labios con sus dedos. Tratándola como su novia, cuando yo quise tratarla como una diosa.

Pero, "es humana, nada del otro mundo", me digo al regresar a la realidad. Es normal que a ella le guste ser tratada como la novia de... y no como una santa. A mi tampoco me agrada eso. Soy humano... "nada del otro mundo".

Me trataste como yo la hubiera tratado.

Me presumiste como yo la hubiera presumido.

No fue agradable, debo decirlo. Soy más que una bufanda que en el viento se ondea. Lista para adornar el cuello o para alejarse de él cuando ya no haga falta.

Ella era más que un mechón de cabello. Me dejé llevar.

Ya no suspíro por ella, pero es ella...

Es ella a quién debes de agradecerle, si acaso dices que soy buena persona.

Si acaso crees que algo valgo... dile gracias cuando la veas. Su desaire bien merecido, a mis sentimientos hicieron valorar mejor un beso, una caricia, una noche en compañia. En tu compañia, en tus besos.

Por eso al primer día te besé como quién no se ha visto en mil días. Te abracé como si quisieras irte al sentirte sola. Te cuidé cual tesoro, te hice mi confidente, mi amiga de travesuras infantiles y amante del placer. Aprendí lo que es jugármela por una mujer, a llenarme de celos si alguién más te saludaba. A traspasar lineas.

Somos humanos, queriendo ser algo fuera de este mundo.

Le estoy infinitamente agradecido, a esa mujer. Pues me hizo un mejor hombre.

Y si yo hubiera sido ella, me hubiera gustado que me explicara sin darme tantas pistas el porqué. Que pensándolo bien, quizá lo hizo y quizá apenas lo estoy notando.

Por ella me esforcé tanto por quererte, aunque no lo notaste.

Por ella sé, que si seguimos así nos volveremos villanos. Me presumirás como un objeto inerte, digamos un "celular". Te engañaré cuantas veces pueda, en tu cara besaré otros labios.

Somos inmaduros aún para buscar amor.

E infantilmente te diré que nos besemos toda la noche, sin compromiso, sin nada que nos ate al día siguiente, sólo placer. Llámame "celular" entonces, si te apetece la idea.

Juguemos pues. Aunque debemos recordar que también jugando hay raspones y cicatrices.

Al que sigue de mi en tu vida, le podrás juzgar, podrás saber si te quiere solo porque la gente dice que eres linda o porque realmente te considera hermosa.

Sentirás sus besos: si son porque te quiere sentir en él o porque viene de frente una chica cualquiera... o porque juega a quererte, como tu y yo.

Sabrás que detrás de cada chico y su aparente buena forma de ser, hay un manojo de sentimientos inestables similares a los que te forman a tí.

Hombres buscan mujeres perfectas. Mujeres buscan hombres perfectos.

Soy el hombre más imperfecto, pero no quiero serlo por siempre. Busquemos la perfección y una nueva cita de amor los días que siguen a nuestros futuros pero fallidos amores.

La vida dará vueltas. Sigamos caminando.

Es probable que nos encontremos de nuevo. Con ganas de amar sabiendo lo que cuesta. De darnos siempre un último beso. De hacer a diario el amor, de desnudar nuestros cuerpos a plena luz del día y decirnos la verdad sin trabar la lengua.

Pues es seguro, que ya para entonces sabremos lo que buscamos y que tan dispuestos estamos para ello. Aún soy un mozalbete en esto de saber amar.

A fin de cuentas.

Somos humanos... buscando alguien para compartir su vida.

Para amarse por siempre.

Algo que no hacen los humanos.



FIN
Abraham Arreola

Comentarios

Entradas populares de este blog

Jaladón, ahora si que se la...

Cuentos de Primaria - La lechera y el jarro de leche.