Chica de ratos

Terminó el camino y decías: te quiero.

Me ví como el patán más cruel y vil.

Te busqué, te abracé, traté te separarte, de demostrarte lo que en verdad éramos y fuímos siempre.

A todo esto, al caer tu telón, decías: te quiero.

O funcionó o me jugaste tu mejor carta.

Creí que nada era más terrible que recibir tus "te quiero" sin merecerlos.

Hasta que escuché que a otro le decías igual.

Te quiero.

Por eso el telón, por eso tu teatro.

Pago entonces mi boleto.

Recibe mis aplausos efusivos.

Pero haz tus obras en otra parte.



FIN
Abraham Arreola

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