Entre querer y ser.

"Siempre es lo mismo" suspiró la elegante mujercita.

El plato que le había servido su noble madre no variaba de los días anteriores.

La pequeña mujer, sentía que cada día lo aburrido se hacía de ella. La escuela es una máquina de estereotipos, de necesidades banales. Ella sufría pues nadie la quería, tenia el alma de una niña y el carácter de una mujer.

¿Qué harías su tuvieras en tus manos su ilusión y sus sueños?

¿Cómo le explicas que no tienes suficiente dinero para complacerla en todo lo que quiere?

¿Cómo le dices que lo más importante es forjar el carácter?

Y te das cuenta que decirle "la culpa es de ese corrupto de Enrique Peña Nieto y su padrino Salinas y toda la bola de mafiosos del PRI" no ayuda en nada.

Es entonces cuando descubres que quién necesita las explicaciones eres tu y no ella.

Pues ella se conforma, aunque no le guste comer lo mismo diariamente y llevarse un lonche austero con los antiestéticos frijoles, con que la escuches y le digas que "harás lo posible".

Por eso los hijos son un lujo. Porque debes ser solvente económicamente pero principalmente debes tener el autoestima muy alta, el carácter bien forjado y el alma  muy sensible.

Sólo pocos son buenos padres, pues incluso para ser un padre es necesario tener el don.

O la vocación.



FIN
Abraham Arreola

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