De un día para otro...

Ayer me sentía muy triste, no sé cómo esté hoy.

He cambiado por tenerte, por ser el mejor hombre, y ni siquiera miras de reojo.

Me estoy cansando de tener esperanzas de amarte. Es lo que, segun el dicho, muere al final. Y ya agoniza.

Me da rabia verlos, a esos, que pretenden ser yo, amar y sonreír. Quizá sus damas no sepan que frente a mi sus héroes no son más que giñapos húmedos envueltos en polvo fino. Pero eso no quita que yo esté solo.

Vaya fortuna para el que quiso seguir su carácter.

Estoy en depresión. No sonreiré al llegar a casa.

No tengo ganas de salir y jugar pelota con los vecinos. De hablar sobre la vida, los autos y las cervezas.

De un día para otro no te puedo olvidar. Eso debo enterlo bien.

Tus esporádicas sonrisas hacia mi, aún me sostienen y me atan a mi infacia de tiempo atrás.

Pero olvido, es mi virtud y defecto de nacimiento.

Texto adolescente de este hombre enamorado, que, queriendo ser caballero se enamoró de una Dulcinea real, pero que no le quiere.

Siento celos al ver que los abrazas, que les hablas. Que yo pude ser de esos. Pero no... no quiero ser de esos hombres tristes de cerveza barata y zapatos brillantes.

Y finjiendo que no me duele, en la noche de cada mes, lagrimas son las que expresan mi emoción.

Por culpa de este sentimiento, mi locura se desvanece: ya no te busco después de aquel no a medias que me propinaste. Mi cordura aumenta: sé que no me leerás jamás en tu vida, que buscarás evadir un posible encuentro, que al verme de espaldas tu boca reconocerá esa mueca de asco que me mostrabas, y te iras sin que yo te mira por última vez.

Droga eres para mí.

O lo fuiste.

Desde el 17 de Octubre del 2012 que no sé si has leído mis letras.

Los famosos tres meses primeros de desintoxiación.

Te extraño, pues sentí que pude amarte.

Nostalgia quizá.

He cambiado a como me recuerdas hace tres meses. Radicalmente, por mi bien.

Asi que: si sientes alguna vez que alguien dió la vuelta al verte pasar y no sabes de quién se trata.

Seguramente fui yo.

Seguramente...

Soy, yo.

De un día para otro no te puedo olvidar.
Eso debo enterlo bien.
A solas espero el pensamiento final.
Que te borre de mi sien.

Y si no pudiera olvidarte,
porque asi no lo quisiera,
que me deje apartarte
de aquella que si me quiera.    


FIN
De un tal... Abraham Arreola.




Comentarios

Entradas populares de este blog

Jaladón, ahora si que se la...

Cuentos de Primaria - La lechera y el jarro de leche.

Huitlacoche conquista por segundo año consecutivo el Handicap Copa de Oro de Las Américas