Hoy te extraño... mañana también.


Serán dos veces que he perdido, pero la primera es la que más me duele.

La segunda aún no lo sé.

Como vagabundo me siento en la roca donde a diario nos veíamos, siempre a la misma hora. Yo siempre acostado a ras de suelo recargado en la piedra, tú siempre llegando por atrás, tapando mis ojos, cantándome una canción.

Han pasado tres minutos desde que llegó la hora de nuestro encuentro y aún no has llegado.

Aún no ha pasado ni quince minutos.

Y ya te extraño.

FIN
Abraham Arreola

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