Sonrío

Pues no tengo a nadie
y nadie me tiene a mi.

 Lo hago porque es prohibido
porque es divertido
ver en tu suspiro
un poco de amor.

 Sonrío
pues estoy solo en un banco
comiendo algo recalentado por el sol.

 Y la gente que pasa
me mira extrañada
"porque está sonriendo" se dicen
porque estoy feliz, contesto.

 Aqui donde me ves
me reconoces por que estoy solo
allá
donde te encontraré
sonreiré
pues la vida te ha bendecido
y tu con misma vista de siempre
no me has reconocido

 ¡Salud!... para las almas enfermas.


 FIN

 Abraham Arreola

Comentarios

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

Jaladón, ahora si que se la...

Esto si que es estar sin quehacer, cientos de tipos pensaron que modificar la letra de esta pieza reggetonera levantaría su popularidad escolar y les  evitaria se llamados "CANIS". Sin embargo, aunque el resultado sea bastante chusco, no evita que siga pensando en que este genero le resulta particularmente incómodo a mis oidos, mi cerebro y corazón. Pero para goze de los letrados aburridos e ingenieros primerizos, con ustedes la canción completa: iba a dar creditos a un usuario que lo subió pero como después lo vi en cientos de lugares tanto virtuales como fisicos decidí considerarlo dominio público.      Nivel de Creatividad: 1     A ella le gusta la gasolina (Dame mas gasolina!) Cómo le encanta la gasolina (Dame mas gasolina!) A ella le gusta la mezcla de hidrocarburos derivada del petroleo Dame mas mezcla de hidrocarburos derivada del petroleo. A ella le encanta la mezcla de hidrocarburos derivada del petroleo Dale mas mezcla de hidrocarburos derivada del petroleo
Sigue leyendo »

Cuentos de Primaria - La lechera y el jarro de leche.

Una lechera caminaba por su sendero del bosque. Llevaba un gran cántaro de leche sobre la cabeza. La muchacha era joven y alegre, y llevaba una amplia falda que le permitía andar con comodidad. Además, se había puesto unas sandalias planas, con las que caminaba cómodamente por el sendero lleno de piedras. Y, dirigiéndose hacía donde pensaba vender la leche, la muchacha iba pensando así: < Aunque la astuta zorra consiga llevarme algunos, me quedaran muchos que podré cuidar con facilidad en casa, pues se comerán las sobras de las comidas. Ya me imagino cómo acudirán a mí cuando les llame. Cuando sean un poco mayores los llevaré al mercado y los cambiaré por un cerdo joven. Como estos aniumales no necesitan muchos cuidados, en muy poco tiempo lograré que engorde, y ya se sabe que se paga mucho por un cerdo gordo y bien cebado. Lo llevare al mercado, y con el dinero que me den por él, podré comprar una vaca y un ternero. Los pondré en el establo y les cuidaré muy bien. La c
Sigue leyendo »