Ejercicio - 17 - Elecciones, cómo hice mi voto.

Humor negro. by J. Abraham Arreola H.
Humor negro., a photo by J. Abraham Arreola H. on Flickr.
Cae la mañana, pues las mañanas siempre caen.

Hoy es del día de moda: un día combo: el mismo día que se festeja a la madre, al padre, al abuelo, a los niños, a todo el mundo.

¡Todo en uno!

Como oferta de supermercado.

Pues fíjense que yo llegue temprano... debo admitir que me emocionaba votar por primera vez y que esta ocasion fuera presidencial.

De manera que, bajo los chismes de mi sobrina de ochos años, me levante ese día a las seis en punto. Desayuné, me vestí.

Había revisado un día antes en dónde me tocaba así que no tuve problemas.

Y me imaginaba mientras caminaba, la enorme fila que tendría que recorrer y el tiempo que me gastaría.

Llegué y había bastante gente: pero aún no había fila.

-Buenos días. Me dijo una señora, queríendo tener una charla extensa y que nos declaráramos amor eterno. Bueno, no tanto, pero casí.

-¿Vienes a votar? Dijo. Me sorprendió su pregunta: entonces me quedé viendo a todos: buscando una bolsa de mandado o lentes 3d... pero todo parecía que sí: que votar era lo único que se iba a realizar o que se está realizando... así que su pregunta me resultó igual de extraña: -Sí. Dije pausadamente y en un tono muy bajito.

-Lo que pasa es que todos los que aqui ves vamos a ser funcionarios de esta casilla. Explicó ella, entendiendo su aparente obvia respuesta y lo que yo pensaba de esta.

-Ah ok. Y volví a mirar. Todos, sin falta, tenían un folder extraño que "los acreditaba".

La señora amablemente se fue y me dispuse a esperar, pues.

Dieron las siete y medía y abrieron las puertas de donde serían las casillas: pues como comentaba hace rato, cuando llegué solo había personas: no casillas, no urnas, no nada.

Las siete y media, si.

Entramos pero, ahora la bronca era: ¿y las casillas? Como hormigas sin camino, los funcionarios se malentendian en un típico climax de cuento breve y poco a poco comenzaban a entenderse.

-!Llegó la casilla uno¡ !Ya llego la... la base, la base ya llegó¡ ¿Dónde van a estar los federales y donde los estatales? !Eso no te toca, eso es el IFE y no del IEQ¡

Una señora llegó y puso el orden: dijo en dónde sería, en que lugar estarían todos y como habrían de operar. Todos atentos se movian lentamente exponiendo sus preguntas. Una señora, muy dentro de su papel: barre que barre le daba con todo y sin su ayuda hubiéramos caminado en la laguna azul.

-¡No podemos abrir las casillas hasta que den las ocho! Y faltaban diez... pero aunque el tiempo pasaba lento... al menos pasaba.

Y que si no... cuando menos pense ya estaban destripando el hule para abrir las casillas.

Fue la calma antes de la tempestad.

Risas y alegría jugaron con los funcionarios en lo que adivinaban cómo se arma una casilla.

Hasta yo queria jugar.

Pero me mantuve en mi raya y miré.

Cuando estuvieron listos, faltaba la fila: ordenaron que se pusiera detrás de la entrada, luego que no, la gente gritó, gritaba como una función de cine: fiuuuuu fiuuuu, ¡orale! e inlcuso aplaudieron con entusiasmo.

Los ánimos se ponian locos. Y comenzaron a robar lugares en la fila... pero no me levante tan temprano como para votar en segundo lugar.

Así que, ante los comunes empujones de los señores y no tan señores: respondí con lo mismo, codazos y pisotones con una inexpresión casual: simplemente soy... fuerte, si me empujas te dolerá.

De modo que ayudado incluso por una señora revoltosa, tomé mi primer lugar, con tal descaro que estaba listo para romper narices. Claro... con la ayuda de esta señora, obvio.

¡Y pasé!

Fui el primero en todo...

Yo fui quien "desvirgino" las urnas en mis casillas.

Para evitar que nuestro país siga apestando como el animal en la fotografía esta.

Ayudemos y no olviden votar... nunca.

FIN

Abraham Arreola

Comentarios

Entradas populares de este blog

Jaladón, ahora si que se la...

Cuentos de Primaria - La lechera y el jarro de leche.