Ejercicio - 2

Estoy sentado escuchando a Pedro Infante.

Ya casi nadie lo oye: dicotomía. Me entristece por saber que escuchan a Yahir covereándolo o a Cristian Castro soñando húmedamente con cantar como José José.

Me alegra por que su canto se ha vuelta ya muy particular, como si a un lado de mi sentado estuviera aquel hombre de oro; con aquella guitarra mágica que al primer rasgeo haga sonar el primer movimiento de una orquesta filarmónica.

Sentados en la serranía, con la cara irritada por el sol; el cantando en primera y en segunda arriba, yo.

Fantasía que sueño burlando a la sensualidad masculina, pues siendo hombre no puedo ser sensible. Pero siento que casi me canta al oido: que esta tan cerca de mi que soy él.

Que soy él.

Y muevo mis labios al ritmo de sus palabras. Mientras voy viajando en el camión, en la noche, de regreso a casa.

Casi llego, pero antes.

Vengo a darte serenata, en esta noche azul...


Abraham Arreola

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