Ejercicio - 1

Ok...


Pues érase una vez un señor loco que andaba por las calles: vestido de payaso, pero saludando al niño.


Todos lo mirabamos con desconfianza pero el niño no.


El niño sólo veia un señor loco vestido de payaso. Y ya: es decir, un payaso completo, un payaso sin miedo a vestir de amarillo y rojo, sin temor de sentarse a sentir el frio asiento que produce comezón en las nalgas de los transeuntes cansados.


El niño, nunca vio lo que nosotros y me alegro.


Que bueno niño, que bien que tienes a un amigo payaso.


A mi nunca me gustarán los payasos, pero hay quienes sí.


Felicidades niño, en hora buena por tu frenesí.

Abraham Arreola

Comentarios

Entradas populares de este blog

Jaladón, ahora si que se la...

Cuentos de Primaria - La lechera y el jarro de leche.