Atardecer nubesco V.



Soy yo o es mi imaginación.

En cualquier caso... realmente soy yo.

Martes de madrugada.

E inclino la mirada.

Extiendo las manos a Dios.

Soy un creyente.

De la antigua corriente.

De los que no necesitan gente.

Para ponerse a rezar.

Soy un viajero en el tiempo.

De males que aún resiento.

Ya no dependo de un templo.

Pues soy de la noche un lamento.

Una grieta.

... un rayo de luz.

El primero, siempre será el primero.

Y por eso, sólo pocos podrán verlo.

El amancer esta cerca.

Cerca, de años y paradigmas, ya caerás.

Por ahora, ya verás, que bien te sabemos brincar.

Me inclino, pues, sin cruces o iglesias.

Sin rosas plásticas o ídolos falsos.

A orar.

A Dios.

Quién me lleva donde hay nubes sabór limón y oro.

Siempre oro:

A Dios me dirigo.
 
Y por eso...

... adiós os digo.




Abraham Arreola 2012

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