Carta declaratoria de no amor.


Carta declaratoria de no amor.
De: Abraham Arreola
Tal vez no es lo que te quiero escribir, es seguro que si lees mi ultima carta y lees esta se contradigan. Es cierto, estaba en una contradicción, una negación de lo que sentía por ti, para ver si así se me pasaba el sentimiento. Pero también es cierto, que aunque ya no estoy en nada de acuerdo con este texto, este no deja de tener razón. Así que, lo leo y miro qué fue lo que me pasó. Perdón. Yo sí te quiero.

Honestamente, es algo hermoso enviar una carta de amor.

"Antes que otros te digan me gustas, yo manifiesto en esta carta que: te amo".

Claro, esto como un ejemplo de lo que una carta declaratoria puede ser.

A lo largo de mi vida, he recibido tan sólo doce cartas declaratorias de amor o noviazgo.

Dependiendo de la edad, estas decian:

"Hola, me gustas, mucho".

"Sabes, desde que te conocí... ¿quieres ser mi novio?"

"En estos dos años me he dado cuenta de que... ¿te gustaria casarte conmigo?"

"¿Quieres ponerle Jorge al niño? Es decir, ¿Quieres ser el padrino en el bautizo?"

Bueno, esa última no es de amor de pareja o noviazgo pero si es declaratoria: y no le puse Jorge, le puse Roberto.

En fin, me ha tocado la fortuna de recibir estas cartas: algunas con moñitos y colores, otras en una hoja arrugada por estar tanto tiempo entre unas inocentes manos llenas de sudor. Otras tantas, coloreadas desde el encabezado hasta la nota a pie de página. Y unas más que tuve que preguntar a compañeros y amigas pues sus garabatos me eran agradablemente confusos.

Lo cual me motivo a enviar una:

"Yo Abraham Arreola en plena facultad de ejercer mis derechos de expresion emocional confieso a usted, mujer atractiva, que me encuentro perdidamente enamorado de usted. Por favor dispense la redundancia afectiva."

Sin embargo, con el paso del tiempo, mientras ella me bateaba; llegué a observar algo totalmente interesante para aquel que envia cartas.

De las doce cartas que recibí: todas decian que me querian, que me amaban, que darían todo por mí.

Pero nunca dijeron hasta cuando.

Pensé: si veo a una de las chicas redactoras con su actual novio, ¿puedo ir con ella y llevármela para siempre?

Su carta no tiene fecha de expiración, sólo dice que me quiere.

Y me pasaba en muchas ocasiones que la chica se intimidaba al encontrarse conmigo. Ciertamente le daba pena: pero eso no siempre es señal de que aún suspira por mi en las noches.

Por lo que me hubiera gustado recibir algo como:

"Debido a su nula respuesta afectiva, envio esta carta para aclarar que si bien usted me sigue pareciendo atractivo ya no es prioridad para mi vida amorosa."

"Por este conducto le informo que no lo amo."

De esta manera, no podría dármela de un super gálan atractivo que mata a todas las chicas de pasión con sólo un giño de ojo.

Haz a otros lo que quieres que te hagan a tí.

Y estrené mi primera "Carta de no amor".

Cuando ella recibió la primera carta: un "te amo"  leyó.

Quizo disimular su ego, por primera vez. Pero su vida, sus amigos, sus amigas: siempre le han dicho que es más que los demás: y no pudo. Su novio la idolatra como un deseo inconsumible, como si siempre tuviera 21 años: sus amigas se arrodillan ante sus palabras.

No pudo ser humilde ante una declaración sincera. Pues nunca ha visto humildad en su entorno. Sólo chicos cool, sufrimiento, dolor, alegria. Pero nunca felicidad, nunca humildad.

Y yo, no pude ser certero con mi declaración. Ni pude borrarla de mi mente por mucho tiempo, por muchas razónes: su belleza en inegable. Me faltó valor para un segundo intento. Me falto desición.

Lo intentaba, pero su tipica mueca de disguto ante mi presencia era demasiado evidente: aún con 42 años, era una niña caprichosa de 5 a la que le molesta cuando alguien la critica.

Como enamorado fiel creí que nadie sería más hermosa que ella. Pero como el vividor instintivo que soy: no pude mantener esa mentira a flote.

Ella lo notó, vio que coqueteaba con otras chicas de más altura, de caderas más esbeltas y pelo menos decolorado por el sol. Y comenzó su ataque de celos por envidia: pues perdía un enamorado.

Si yo me iba. ¿A quién ignoraría? ¿De quién se burlaria sin esperar un contraataque? ¿A quien acudiría sabiendo que a todas horas estaria dispuesto a ella?

Entre tanta belleza de aquella mujer, vi cientos de mujeres hermosas y más hermosas que ella.

Muchas de ellas, sin caprichos de niños mantenidos por papi. Sin empleo seguro, en un entorno dificil, de violencia, de agresión sexual. Pero con valor y ganas de no dejarse nunca. Y sobre todo, un total aprecio a si mismas, que al pasar otra chica, no se sentian intimidadas por sus carencias físicas o económicas.

Me gustó una chica y la anterior lo noto. Al grado que se pasaba frente a ella para regodearse con su belleza y quitarle los amigos con una vocecita lastimosa. Necesitada de atención, esperaba a que llegara yo y rechazarme para hacerle el día.

Por lo que me llevó a pensar: le dije que la queria... eso es cierto.

Si un día yo pasó frente a ella, no quiero deber ni demostrar nada. Pero ella creerá que aún la amo, que aún la quiero.

Cuando en realidad quiero a una chica de verdad.

Y lo hice.

Redacte más de tres versiones, eliminando el reproche, el descontento y mi punto de vista.

Lo más escencial: No Te Amo.

Lo siento.

Amiga, antes enamorada mía.

No quiero que me trates como el siempre enamorado tuyo.

Mi vida es protagónica, no secundaria de tu amor.

Si te sonrío es porque me dío risa, no porque me gustes.

Si te ofrezco mi ayuda incondicional es por que eres un prójimo, un colega y un punto estrategico. No para que te des cuenta que valgo la pena. Ya no espero eso de tí.

Te dije: lo siento. Lo siento tan bien que puedo escribirlo con una gran sonrisa en mi rostro.

¿Sabes lo más triste y a la vez feliz que he sentido? Que una enamorada mía me olvide y sea feliz con otro.

Allá va tu imagen.

Si te veo no te recordaré, tengo ese defecto: olvido lo que no es importante de manera precipitada. Imaginate, llegué a olvidar cuando rescate a dos chicos de una golpiza: hasta que ellos mismos me lo recordaron.

Adios, pues.

Y recuerda.

No te amo.



Lo recomiendo señores: !hanganlo¡

Es una buena idea.

¡Llevenla a cabo!

Siempre y cuando no esten ardidos: porque entonces no sirve.

Háganlo cuando vean que al verla no sienten nada y quieran buscar por nuevos y mejores horizontes.




Gracias por su lectura.


Me retiro feliz y dichoso.


Sabiendome querido, me marcho gustoso.


Ajua señores.



Esto es el FIN

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