No te olvides de mi
Suena como una campana de iglesia, que me canta suavemente con su eco que se pierde en el viento de este pueblito rosa de cantera.
Y alejado de tanta farándula barata me recuesto en el autobús y respiro. Y recuerdo. Y no me olvido.
Que Dios me permita siempre recordarte.
Recordarme el porque quiero vivir.
Y es que vivo para escribir.
FIN
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