Lo he escrito ya antes, pero qué mejor fecha para publicarlo que hoy. Vaya domingo 7. Y dice así: Sucede, como es lógico. Pero no como deseaba que fuera a suceder. A fin de cuentas siempre he tenido buen humor, a pesar de que tan mal se puedan poner las cosas. O al menos las cosas malas que me han tocado vivir. Es esa reacción en mis hombros de encogerlos para librarme de las consecuencias de la travesura de un niño al que no eduque. "No fui yo" les digo. No es tanto la travesura, o el desliz, es más allá de eso. Es culpa del que rompió el jarrón chino, es culpa de los que no me hicieron caso. Por eso me miran esperando un reclamo de mi parte, exigiendo que me veneren por haber acertado. Poca importancia tiene el hecho ya. El jarrón chino está roto. Cuando recién recibió el jarrón chino en sus manos, supe que no era un solado sino un niño disfrazado. Fui el primero que clamó por seriedad y a cambio recibí un juego de niños. Mi sonrisa es ...