H de ombre. De: Abraham Arreola Soy el sol, no lo olvides porque soy el que ilumina tus días, no soy vanidoso, pero seguro te cuesta conversar con el que te da la vida: soy el sol. Sentado en mi sofá veo el meteoro de las nueve y a cada momento es lo mismo en tu pequeño planeta. Me lo platico el viento, en aquellas tardes de enanas rojas comiendo meteoritos asados. No me vengas con tus cuentos, ¿quieres insultarme?, ¿quieres dejarme de hablar? Bueno, creo que me lo dijo Saturno, porque te vio usando anillos en todas partes de tu cuerpo: te crees lindo, hermoso y único. No me iré de aquí, esta es mi casa y soy el jefe de este lugar, así como lo es mi menor, el león, en tu territorio. ¿En qué estábamos? Ah sí, descuida, tengo tiempo… cierto, ¡sólo vives cien años! Todavía recuerdo cuando volviste a nacer, te creías todo lo que te rodeaba. Miraste la serpiente y aprendiste sus movimientos, para cuando quisiste matarla ya estabas ahogándote; asustado te fuiste a la casa del oso, ese oso, t...